miércoles, 27 de enero de 2016
Tintas tontas
Al principio crees que es un problema del sistema operativo, y procedes a reiniciar el ordenador.
Luego, viendo que persiste, compruebas que no sea un problema de la controladora del lápiz o la tableta.
Al final, tienes que aceptar que hay días en que el lápiz pinta lo que quiere, y que tu mano es un simple soporte para que se siga moviendo.
Normalmente el resultado termina en la papelera pero, a veces, hay algo que te llama la atención. Lo peor es que, semanas después, cuando intentas reproducir de forma controlada aquello que te gustó eres incapaz de hacerlo.
Corel Painter y una tableta Wacom.
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